Mankewe: refugio de la vida mapuche

San Martín de los Andes sumó un nuevo atractivo a la amplia oferta turística y es el refugio Mankewe, donde el turista podrá conocer algo más de la vida del pueblo mapuche, a través de su gastronomía, artesanías e historia.

Se trata de uno de los pocos centros culturales de pueblos originarios que existen en el país, que pertenece a la comunidad Vera  y que fue inaugurado el año pasado. En forma reciente se hizo una nueva apertura como prueba piloto, aprovechando el flujo turístico en la temporada invernal.

Mankewe, situado en la base del cerro Chapelco, está abierto durante estos días en un horario que va desde las 9 a las 18, y donde el visitante puede conocer los dos principales sectores que tiene este refugio. Uno es el sector gastronómico, donde funciona un restaurante temático a base de comidas interculturales. Entre las propuestas, se pueden degustar comidas de este pueblo originario como es el caso de la pizza de trigo, una de las más solicitadas por los turistas y que suelen acompañar con un mote, que es un postre muy dulce elaborado con trigo y azúcar. Para quienes buscan lo convencional, hay comidas como asado, guiso de lentejas, ensaladas y demás variedades para todo tipo de público.

En otro sector, el visitante puede conocer parte de la historia y la visión del pueblo mapuche a través de artesanías y otros atractivos.

Sergio Sciacchitano, subsecretario de Turismo de San Martín de los Andes, explicó que este emprendimiento se inició con la construcción e inauguración el año pasado, para lo cual la iniciativa contó con el apoyo de la Provincia, de la Nación y del municipio local.

El objetivo, agregó el funcionario, es sumar un atractivo más al circuito turístico de San Martín de los Andes y poder promocionar y dar a conocer al visitante algo tan importante para la zona como es la historia, tradición y las costumbres de la comunidad mapuche.

Explicó que, aprovechando el movimiento turístico en la temporada invernal, se abrió el centro cultural como experiencia piloto con mucho interés del público. En pocos días más, el refugio cerrará unos días para realizar algunas reformas para abrir sus puertas nuevamente en noviembre.

“Mankewe se está preparando para abrir nuevamente sus puertas a mediados en noviembre o diciembre, y así dar comienzo a la temporada de verano con nuevas propuestas y actividades. Además de una guiada turística con la historia de la comunidad, el centro comunitario tendrá a cargo un mirador panorámico, desde el que los visitantes podrán apreciar el maravilloso paisaje rodeado de montañas, lagos y nieves eternas. Asimismo, cuenta con un centro de interpretación de cosmovisión (pensamiento religioso mapuche), y se crearán caballerizas para poder brindar cabalgatas”, se informó.

El Centro Cultural Mankewe, que significa en lengua originaria “lugar del cóndor”, está situado en la base del complejo Chapelco. Al lugar se accede saliendo desde San Martín de los Andes por la ruta 234 en dirección a los Siete Lagos. En el kilómetro 15, aproximadamente, se debe tomar el desvío –Ruta 19- hacia el cerro Chapelco, para transitar unos 4 kilómetros.

Información

Los interesados pueden recabar mayor información a través del teléfono (02972) 154627492. A través de correo electrónico lofveramankewe@gmail.com.
En las redes sociales, a través de Facebook:  Centro Cultural Mapuche Vera.

San Martín de los Andes, no sólo una villa bonita

Las cumbres nevadas del cordón del Chapelco a lo lejos, abrazadas por nubes que se deshilachan hacia las cúspides. Laderas tapizadas de pinares que siguen reproduciéndose sin límites hacia la ruta, por detrás de esas pintorescas casitas de techos de dos aguas, con madera y piedra como regla arquitectónica. Abajo, el azul del Lácar donde se menean las pequeñas embarcaciones privadas y los catamaranes turísticos, junto al puerto.

San Martín de los Andes vive su invierno relajado pero activo, pronto lo sabremos. Allí hay una energía inédita, una que tumba al viajero, lo coloca patitas arriba y le obliga a despojarse de cualquier estrés; luego le muestra su encanto. “Sabemos perfectamente, al mirar a los turistas, si es su primer día de viaje o el cuarto” nos dicen.

“Arrancan con velocidad, ansiosos y de pronto se dan cuenta de que están desubicados, que por aquí la cosa es sin apuros” prosiguen. “La estadía se paladea, como los vinos patagónicos, los frutos rojos o los ahumados”, afirman. También comprobamos que los despertares tienen un efecto decisivo en la fórmula del “pueblo”, como lo llaman, las aves que permanecieron por aquí durante los meses fríos, lo cantan.

Un refugio en la montaña

En franco ascenso la camioneta se hace paso entre los rústicos caminos de ripio. La vegetación nativa va a ritmo -maitenes, radares, coihues en galería, ñires, los líquenes Barba del diablo que cuelgan de las copas como para certificar la pureza del aire y las lengas que marcan la altura de la travesía-. Entramos por Valle Escondido hasta Mira Lejos, dos emprendimientos inmobiliarios de lujo, situados en la espesura de la vegetación que, aunque desnuda por estos tiempos, no deja de marcar su terreno. Más arriba el cartel anuncia Miramás. Un Unimog acondicionado para el invierno es el encargado de esperar y subir a los viajeros hacia el refugio, cuando la nieve no deja avanzar. La aventura se presiente.

La nevada dejó un manto blanco y la posibilidad de hacer una caminata con raquetas. Nicolás, guía con la pasión de los que conocen la montaña, relata historias, describe la flora y habla de la fauna oculta, agazapada ante la invasión de los extraños. Abajo la ciudad parece un espejismo, junto al espejo que seguro le dice que es la más bella.

En los días de intensa claridad desde aquí pueden verse las pistas del centro de esquí y hasta la región de volcanes del otro lado de la frontera. Es un entorno para la contemplación, para absorber la naturaleza y agradecerla, pero los anfitriones desafían con el canopy, porque la acción no cesa en las alturas. Un largo cable entre las copas de los árboles, en 7 tramos, la propuesta que llevará por encima del blanco y de todo, como súper héroes patagónicos. También hay esquí y snowboard para principiantes, culipatín o gomones para lanzarse por la helada alfombra, todo diversión garantizada.

En el refugio de Miramás espera Celia y Matías, encargados de la gastronomía. La enorme chimenea desde el centro (de cara a los ventanales y a las rústicas poltronas de madera y almohadones de tejidos mapuches) escrita en tiza, reza el menú del día: ravioles caseros; patata caleuche (gratinada con quesos) o guiso de lentejas. La entrada es una tabla de ahumados y escabeches hechos en casa ($ 65).

También hay Nesquik. Todo se prepara acá, en un ambiente festivo, porque en este cerro no hay nada que sea obligado o estructurado, más bien fluye. Cuando el visitante regresa de las actividades, el calor de los leños y la mesa lista, un vino o una cerveza y una charla que se prolonga de puertas adentro, entrañable, mientras la inmensidad de los Andes se apresura por los cristales.

Por la ciudad

La villa que se agolpa contra el lago y se resguarda en la cordillera coquetea con sus edificaciones bajas, de rocas y troncos, siguiendo una estética montañesa impecable. Aún perviven algunas edificaciones de los primeros colonos, de techos de chapa y corte de cuento, pero esta urbe no se detiene en el pasado, está en constante movimiento y se aggiorna a los tiempos modernos. Allí cabañas, hoteles de todas las categorías y excelentes servicios de gastronomía, atraen a viajeros de todas las latitudes, en estos meses con nieve, en los próximos con pesca y playas también.

La feria artesanal de la plaza San Martín; la chocolatería Mamusia con sus 40 años en la misma esquina, brindando el mejor sabor en bombones, rama y barras; el Red Bus, un auténtico micro londinense de dos pisos, que ahora recorre las calles sureñas; las casas de ahumados y de dulces caseros de frutos rojos y rosa mosqueta, particularmente; el Museo La Pastera que recuerda el paso del Che Guevara por estos lares, cuando tan sólo era un joven médico argentino, apenas un muestreo de las calles.

Los paseos hacia las playas de Quila Quina y Catritre, donde la naturaleza se muestra destellante, los circuitos de Arrayanes y los paseos embarcados por el Lácar, el increíble trayecto de 7 Lagos, tan sólo algunos de los ítems para agendar. Les advertí que ésta no es sólo una villa bonita.

Soñar despierto

Lo bueno de hospedarse a 18 kilómetros de la ciudad es recorrer a diario la ruta que nos separa de ella para deleitarnos con las diversas luces sobre los cerros. Además, claro, de dejarse acariciar por los servicios de un cinco estrellas y su Spa, inserto en un campo de golf de 18 hoyos, en medio de la vegetación autóctona, con enormes ventanales, siempre de cara a la cordillera. Allí una mendocina, Julia Calderón, gerente del Loi Suite, nos acerca a la identidad de la ciudad, a su modo de vida.

Ella llegó seducida por una oportunidad de crecimiento profesional debido a que éste es un lugar que está en pleno crecimiento. Pero pronto se sintió más atraída por la tranquilidad incomparable, por ese diseño citadino que posibilita disfrutar de lo natural, aun estando en pleno centro, nos dice. Al ver este hermoso perímetro de 250 hectáreas en el que se aposta el alojamiento y el Chapelco Golf & Resort, incluyendo bosques, montañas y arroyos, es fácil comprenderla.

Buena mesa

En los últimos tiempos San Martín de los Andes está haciendo mella en la gastronomía neuquina de la mano de varios chef que alguna vez llegaron de vacaciones y que, como tantos otros argentinos, se vieron encantados por la energía del pueblo, su lago y su volcán. Así, una nutrida propuesta de restaurantes de excelente nivel se sumaron a los de siempre, resultando una grilla para degustar.

Un buen ejemplo es Caleuche situado en el hermoso complejo de montaña Paihuén, frente al espejo de agua. Allí Martín García resalta la cocina argentina, en exquisitas combinaciones en las que destaca los productos de estación y los que dan identidad a esta zona patagónica. Por tanto la trucha, el chivo neuquino, el ciervo y los piñones, están presentes. Lomo de ciervo envuelto en Lámina de Pimiento  con Papines Andinos un plato que deben probar.

Si no está en la carta del momento exíjanlo, sé lo que les digo. Entre los emblemáticos las Lentejas con toques Patagónicos ( cordero Confitado); el Goulash de ciervo con spatzle, Ravioles de Trucha con Crema de Brócoli y para el postre algo calórico para matar el frío, Volcán de Chocolate, el bavaroise de Mandarina o el Crumble de Peras del chañar con Salsa inglesa de Cardamomo. Realmente, impecable, pero no es el único. Hay más locales imprescindibles en cualquier visita.

Cuando el blanco manda

Aún con el frío instalado y el blanco poblando las cimas, la convocatoria a los turistas también las tienen las tablas. Allí Chapelco, con sus 25 pistas con buenas pendientes en 140 hectáreas de superficie esquiable, es el elegido. El cerro, como cada año, es visitado por los amantes del deporte blanco y por muchos  famosos que lucen sus equipos de moda para las revistas nacionales.

Los unos y los otros se fascinan con las posibilidades de entretención que brinda el complejo y luego se dejan arrastrar por la ciudad que, a 20 km, espera para el mejor after ski del invierno, con decenas de bares, cervezas locales, los mejores ahumados y una infinidad de opciones para pasarla bien, envueltos por esa energía que coloca al viajero de patitas para arriba, le saca el estrés para rebalsarlo con su encanto.

Fin de Semana largo para disfrutar en el Paraíso

Las mismas van desde los clásicos circuitos y recorridos lacustres por el Lago Lacar, hasta diferentes actividades de aventura y culturales.

Para empezar un hermoso fin de semana, el Mirador Arrayán ubicado en lo alto del cerro Comandante Díaz es un balcón natural con espectaculares vistas al lago y a la ciudad. Un paseo clásico para hacer en auto, bicicleta o a pie.

Las familias que viajen con niños, lo ideal es montarse en un bus rojo londinense, que parte en horarios programados de la plaza San Martín, y que recorre los atractivos y miradores más importantes de la localidad.

Para los amantes del trekking, es posible llegar caminando a diversos lugares emblemáticos como el mirador Bandurria y La Islita. Eso si, no olviden llevar ropa de abrigo, calzado cómodo y una buena reserva de agua mineral. En las casi dos o tres horas que puede durar la caminata, se pueden observar, algunas de las playas más lindas que conforma el lago Lácar, el cordón montañoso de Chapelco y una vista desde un ángulo diferente del centro cívico de la ciudad.

Otra de los atractivos es la excursión lacustre a Quila Quina, una de las playas más hermosas que tiene la ciudad. La travesía dura apenas media hora y conduce a uno de los paisajes más increíbles de la región. Las salidas no se suspenden por lluvia y se realizan durante todo el año.

Por supuesto, que para todos aquellos que gustan de los grandes placeres de la vida, San Martín, propone un excelente abanico de restaurantes, pizzerías y bares, en los que se puede degustar, lo mejor de la gastronomía patagónica. .

Con respecto a la hotelería, se puede encontrar para todos los gustos y precios. Desde hoteles de distintas categorías, hostels, residenciales, apart hotel y campings. En la página oficial de la Secretaria de Turismo y Desarrollo Económico de San Martín de los Andes (http://www.sanmartindelosandes.gov.ar/turismo), el visitante puede hallar un listado completo de hoteles con detallada información de los establecimientos.

Los alojamientos turísticos de San Martín de los Andes son objeto de un estricto sistema de categorización y calidad, el cual posiciona a la ciudad dentro de los más altos estándares, tanto a nivel nacional como internacional.

Los paseos de compra son otra tentadora opción, en la que se pueden encontrar licores, chocolates artesanales, dulces caseros de frutas finas y artesanías en cuero, madera, plata, cerámica y piedras de la zona. Asimismo, durante la celebración de Pascuas el turista podrá encontrar variedad de huevos de chocolate en los distintos comercios artesanales que hay en la ciudad.

Para obtener un recuerdo del viaje, esta hermosa aldea de montaña ha creado un sello de origen y un programa específico, los cuales son reconocidos por el gobierno nacional y forman parte de un plan a replicar en distintos destinos de la provincia. El mismo se llama “Sello de Origen” e identifica a los productos realizados estrictamente en San Martín de los Andes con el objetivo de ofrecer al consumidor producción genuina de emprendedores locales.

Biciturismo

Uno de los circuitos más atractivos y clásicos de la zona, es la ruta de los Siete Lagos. La misma no demanda mucha exigencia física y puede hacerse en cuatro días con toda tranquilidad. Sólo dos tramos proponen cierta dificultad: la salida de los lagos Lácar y Correntoso. La primera zona de acampe aparece al llegar a los lagos Falkner y Villarino –cercanos uno del otro-, poco antes de empezar el tramo de ripio. Allí se encuentran los campings agrestes, con parrilla y sanitarios. Otra opción similar, más adelante, es la del lago Espejo.

En materia de salidas cortas, una buena opción es el Circuito Arrayán –antigua traza del camino de Siete Lagos-, que puede realizarse sin problemas durante el día. De dificultad semejante, el circuito de la Pampa de Trompul brinda la posibilidad de conocer la comunidad mapuche Curruhuinca. También se puede llegar en bicicleta a los balnearios de Catritre y Quila Quina, ambos sobre el lago Lácar y cerca de la ciudad de San Martín de los Andes.

Si uno busca un desafío mayor el camino el Cerro Chapelco es el indicado. Comenzando por la ruta de Siete Lagos, se pasa por los desvíos a las playas Catritre y Quila Quina, siempre en subida y por pavimento. El ascenso, sin pausas, continúa tres kilómetros más hasta el Mirador del Pil Pil, un lugar ideal para tomar un respiro disfrutando de una panorámica excepcional del valle del arroyo homónimo y los cerros circundantes. Un kilómetro más de ascenso lleva al empalme con la ruta provincial 19, de ripio, que lleva al centro de esquí.

Senderos de Interpretación

En el Parque Nacional Lanín encontrará cinco senderos de interpretación , en los cuales pueden ser guiados, a cargo de un guardaparque, o autoguiados mediante folletería o panelería explicativa. Toman un sector determinado, elegido según la temática elegida, y mediante un sendero señalizado de alto valor educativo destinado a toda la familia con su correspondiente explicación ecológica del elemento natural en las diferentes paradas interpretativas.

Estos cinco senderos de interpretación están recientemente renovados con el aporte de artesanos en madera asistentes al proyecto Donarte (novedosa propuesta por la cual artistas de todo el país se concentran anualmente en la ciudad de San Martín de los Andes para realizar esculturas y obras en madera, que luego donan a distintas entidades).

· Sendero de Interpretación de la Intendencia del Parque (temática: general edilicia, flora, interculturalidad)

· Sendero de Interpretación Cascada Chachín (temática: genérica de las funciones del bosque)

· Sendero de Interpretación Isla Santa Teresita (temática: general del bosque)

· Sendero de Interpretación El Cipresal, en la Villa Quila Quina (temática: referida al ciprés en particular)

· Sendero de Interpretación El Bosque, en Puerto Canoa (temática: el bosque y su importancia)

Bellezas de un camino natural en San Martín de los Andes

El sendero El Escorial, en el Parque Nacional Lanín, recorre un bellísimo sector cercano al lago Huechulafquen, presentando cambiantes paisajes, todos de espectacular hermosura

En la zona norte del Parque Nacional Lanín, el sendero interpretativo El Escorial invita a descubrir paisajes llenos de contrastes entre la rugosa aridez de lavas antiquísimas y los azules profundos de lagos gemelos.

El Parque Nacional Lanín evoca desde su nombre la riqueza del paisaje, la belleza de lo natural, y por sobre todas las cosas, la posibilidad de dejarse envolver por sus bosques, lagos y montañas, todo dominado por el imponente volcán de cumbre siempre nevadas que da nombre al área protegida.

Existen cientos de posibilidades para disfrutar del entorno, razón por la cual es necesario elegir, cada vez, qué rincón de esta vasta región se prefiere visitar.

Y allí aparece, en los primeros puestos de una lista imaginaria, el Sendero del Escorial.

No es una caminata difícil e insume cerca de dos horas. Accesible como es, permite descubrir la particular conformación que nace de antiquísimos eventos volcánicos.

El sendero

El Escorial es un terreno pedregoso, decorado con árboles que se han abierto paso entre la roca para mirar el cielo desde sus escasos metros de altura. Se trata de las mismas especies que en los bosques pueden alcanzar los 20 ó 30 metros del suelo a la copa. Aquí parecen bonsáis colocados por la mano del paisajista.

Para acceder al sendero se transita por la ruta 62. Partiendo de Junín de los Andes se llega hasta el kilómetro 61, donde cruza el escorial del Achen Ñiyeu. Allí, hay un cartel que indica el inicio de la excursión.

En todo el recorrido hay 8 carteles interpretativos, colocados por un grupo de alumnos de un colegio secundario cercano junto a los trabajadores del parque, como parte de un proyecto educativo.

Hay otro letrero en la misma ruta, antes del ya mencionado, que dice: Sendero Epulafquen. Es la misma excursión, pero comenzando en este sitio se evita el tramo que recorre el Escorial.

Desde el cartel que está sobre la ruta se accede a una huella consolidada que va por encima del escorial.

Además de los árboles enanos llaman la atención la cantidad de lagartijas que pululan sobre la piedra cuando el sol les brinda su calor.

Luego del Escorial la senda tuerce hacia la derecha e ingresa en el bosque hasta llegar al lago Epulafquen.

Para continuar hacia la angostura hay que cruzar el arroyo Escorial poco antes de bajar al lago. Este desvío no está señalizado, pero es sencillo descubrir por dónde continúa la senda.

Bosque

El bosque en esta zona se torna más denso y más variado a cada paso: raulíes, coihues, maitenes y extensiones de caña colihue invitan caminar en paz bajo su sombra. Aquí y allá se notan los rastros de animales. Los más evidentes pertenecen a los jabalíes que revuelven el suelo escarbando con pezuñas y hocico por igual.

La salida puede continuar bordeando el lago Epulafquen hasta llegar a una bellísima pampa donde se encuentro la seccional homónima, la más antigua del Parque Nacional Lanín.

La postal de dos lagos que son casi uno desde aquí es inmejorable. A partir de este punto apenas queda media hora hasta llegar a la angostura que une al Epulafquen con el Huechulafquen.

Varias picadas bajan a la angostura, donde hay una pequeña playa de piedras.

Lugar ideal para sentarse a descansar, contemplar y recuperar el impulso para volver al inicio de la senda con los ojos llenos de postales.

Periodistas de la revista “LUZ”, visitó San Martín de los Andes.

Un equipo de producción de la revista Luz, de editorial Perfil, permaneció el fin de semana en la localidad para realizar un trabajo fotográfico, que será publicado en la edición de “Oro”.

La revista Luz, se distribuye con el diario Perfil de los domingos, y mayormente de interés femenino. El equipo de trabajo compuesto por la maquilladora, el fotógrafo, la productora de la revista y la modelo, llegaron el viernes cerca del mediodía, con el fin de realizar durante el fin de semana, una producción de fotos disfrutando de los atractivos turísticos y los bellos paisajes que tiene San Martín de los Andes.

Los periodistas visitaron la ciudad, a través de una acción cooperada entre Neuquentur, la Secretaría de Turismo de la ciudad, el Ensatur y el Hotel Loi Suites.

“Esta es otra manera creativa de promocionar nuestro destino. Estamos trabajando muy fuerte en este tipo de acciones. Entendemos que es uno de los caminos alternativos de comunicación que nos sirve para llegar a un público objetivo, en este caso femenino, con un costo por contacto realmente muy bajo”, expresó Salvador Vellido, Secretario de Turismo y Producción de San Martín de los Andes.